Las cinco mujerzuelas heroínas de la Patagonia

Las Putas de San Julián

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Escena obra de teatro "Las Putas de San Julián"

El 17 de febrero de 2021 se cumplieron noventa y nueve años del día en que las cinco pupilas del prostíbulo “La Catalana” se negaron a acostarse con los soldados que, semanas atrás, habían cumplido con la orden del Ejército de fusilar a centenares de obreros huelguistas, en Santa Cruz, durante los episodios conocidos popularmente como las huelgas patagónicas de 1920 y 1921, o La Patagonia rebelde. Transcurría en el país el primer gobierno del presidente radical Hipólito Yrigoyen.

La negativa de estas cinco mujeres al grito de “¡asesinos! ¡porquerías!”, “con asesinos no nos acostamos”, ocurrió en la entonces pequeña localidad de Puerto San Julián: “Jamás creció una flor en las tumbas masivas de los fusilados; sólo piedra, mata negra y eterno viento patagónico. Están tapados por el silencio de todos, por el miedo de todos. Sólo encontramos esta flor, este gesto, esta reacción de las pupilas del prostíbulo “La Catalana”, el 17 de febrero de 1922. El único homenaje a tantos obreros fusilados”.

Osvaldo Bayer
Las Putas Heroínas

La pluma de Osvaldo Bayer no podía describir mejor a aquel homenaje, considerado “único” y reivindicatorio a los más de mil huelguistas fusilados en San Julián en 1922. Los “chilotes” y peones rurales que reclamaban una jornada de descanso a la semana, un lugar limpio para dormir y un paquete de velas terminaron bajo las armas del cruel coronel Héctor Benigno Varela y su Regimiento 10 de Caballería. Y los más afortunados, huyendo lo más lejos que podían ya sea cruzando la frontera o escondidos en los parajes más desolados de aquella Patagonia.

La inesperada derrota de los vencedores

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Así lo escribió Osvaldo Bayer en “La inesperada derrota de los vencedores”, el último capítulo del tomo 2 de “La Patagonia Rebelde”. En este capítulo de dos páginas y media (breve para el volumen de la obra), el periodista e historiador logra reconstruir el hecho. Vale la pena citar otro fragmento:

Una paciente investigación nos ha llevado a conocer el nombre de estas cinco mujeres o, mejor dicho, de estas cinco mujerzuelas. Los únicos seres que tuvieron la valentía de calificar de asesinos a los autores de la matanza de obreros más sangrienta de nuestra historia. He aquí sus nombres, tal vez los mencionaremos como un pequeño homenaje o no digamos homenaje, digamos recuerdo de las cinco mujeres que tuvieron ese gesto de rebelión.

Lo diremos con la filiación policial tal cual aparecieron en los amarillos papeles del archivo: Consuelo García, 29 años, argentina, soltera, profesión: pupila del prostíbulo “La Catalana”; Ángela Fortunato, 31 años, argentina, casada, modista, pupila del prostíbulo; Amalia Rodríguez, 26 años, argentina, soltera, pupila del prostíbulo; María Juliache, espñola, 28 años, soltera, 7 años de residencia en el país, pupila del prostíbulo, y Maud Foster, inglesa, 31 años, soltera, con diez años de residencia en el país, de buena familia, pupila del prostíbulo.

Las Putas en la comisaría
Escena obra de teatro "Las Putas de San Julián"

Cabe aquí una observación: el término mujerzuelas es utilizado por Bayer con ironía, puesto que en la reconstrucción del episodio el autor cita un parte policial según el cual las pupilas profirieron hacia los soldados “también otros insultos obscenos propios de mujerzuelas”, además de gritarles “¡asesinos! ¡porquerías!”.

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